La abuela Lourdes fué
la primera en llegar porque ya se sabía el camino,
y porque, seamos francos,
a ver quién la sujetaba en Madrid para que no
se subiese al avión
Estando así
de bien atendida, no es de extrañar que la pequeña
Paula duerma tan plácidamente...
Poco después,
la abuel Chari se embarca en su primer viaje
de avión transoceánico,
porque la ocasión sin duda lo merecía